Una historia de viaje por Kain Mellowship
Son las 9.30 pm, y estoy de pie en una playa de arena negra luchando por ponerme mi armadura para protegerme de los fríos elementos del Oceano Atlántico. Para la mayoría de la gente, esto sería suéteres de lana, chaquetas de lona, guantes y el calor del interior de su coche. Para mí, son 6 milímetros de neopreno. Aún húmedo y frío de mis últimas olas, no es tarea fácil entrar en mi traje de neopreno. Salto como si estuviera corriendo a través de la lava caliente mientras trato de sujetar cada parte de mi cuerpo.
Me doy cuenta de la presencia de un vehículo de turistas. Ellos están allí, en silencio, observándome mientras esperan para abordar un ferry a una isla cercana. Eventualmente, uno de ellos abre la puerta del coche con tanta fuerza que casi arranca la puerta de sus bisagras, lucha contra el viento que aulla como lobo y viene a preguntarme qué clase de locura estoy por hacer.
Yo: “Voy a surfear.”
Él: “¿Disculpe? ¿Hará qué?
Yo: “Ummm, voy a surfear. Ya sabe, en una tabla, cogiendo olas…”
Él: “¿No cree que hace demasiado frío para hacer algo tan tonto como eso?”
Yo: “En realidad el clima no está tan mal en este momento, especialmente en comparación con el viaje que hice en invierno. ¡Eso si que era un frío del infierno!”
Un poco confundido, me mira como si me faltaran algunas células cerebrales, me desea mucha suerte y me recomienda que no muera en el oceáno.
Eso parece ser una respuesta bastante estándar cuando se es un viajero en Islandia, y es comprensible. Morir congelado no es realmente lo primero que viene a la mente cuando se piensa en “la tierra de fuego y HIELO”. Quiero decir, la palabra hielo está en el nombre del país. Es su primera advertencia. Pero eso no es suficiente para disuadir a los grupos de surfistas de las boardshorts y los clubes tropicana a meterse en los trajes de neopreno de 6 mm, y nadar hacia las olas más frías y asesinas que se puedan enfrentar en el mundo. Como la industria del turismo de Islandia está en un constante auge, el número de surfistas que enfrentan las olas salvajes del Atlántico también va en aumento. Todos llegan con deseos de surfear en las mejores olas, en las mejores playas de origen volcánico del mundo.
Con 4970km de costa, es mejor que tenga preparada su lista de reproducción favorita, ya que va a estar conduciendo por largos tramos. Es cierto que las características geográficas de Islandia hacen que muchas de sus costas sean inaccesibles, especialmente durante los meses de invierno. Pero con bastante sentido de exploración y el vehículo adecuado, hay innumerables playas (y olas) esperando para ser descubiertas. Es agradable pensar que en Islandia es posible surfear en una playa donde jamás nadie ha surfeado antes. Es emoncionante, ¿cierto?
De hecho, el número de surfistas locales se compone de sólo 20 atletas, por lo que casi puede garantizar que va a tener disponible todas las olas que desee disponibles. En mis 18 días, manejé 5120km (el equivalente a casi a cuatro tramos ida y vuelta de la Carretera Circunvalación), y en ninguna ocasión surfeé con alguna otra alma. Si esto ocurriera en mi natal Australia Occidental, tendría que pellizcarme y comprobar si estoy soñando o he muerto, pero en Islandia esto es lo habitual. Sin embargo, seré sincero, me hubiera encantado tener un compañero en el agua. La compañía habría hecho que la sesión de medianoche en la costa sur fuera un poco menos aterradora.
Como sabrá, el verano ofrece 24 horas de luz para trabajar, lo que significa que podría pasar todo el día conduciendo, buscando diferentes lugares y aún así conseguir una sesión épica bajo el sol de medianoche. Las temperaturas del agua son también mucho más suaves y en algunos lugares pueden alcanzar los 12 ° C. Desafortunadamente, las oleadas no son tan consistentes y los vientos desfavorables pueden hacer que encontrar olas perfectas sea una tarea difícil.
El invierno es la época más consistente del año para las olas, ya que ofrece buenas olas en cantidad y frecuencia. En el lado negativo, hay alrededor de 4-5 horas de la luz del día para hacer surf, por lo que es mejor tener una buena comprensión de las condiciones locales pues no se tiene mucho margen de error. Las temperaturas del agua rondan alrededor de los 5 ° C, lo que significa que sólo los surfistas hardcore se enfrentarán a esas aguas gélidas, así como a las orcas o focas que nadan por la costa. Pero no importa en qué época del año que vaya, o qué tipo de olas quiera montar, le garantizo que vivirá una aventura que le permitirá volver a casa con historias increíbles para contar acerca de “esa vez en la que navego en las frías costas de Islandia”.
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